EN LA CRUZ DE CRISTO
Os hablo de la Cruz porque es ahí donde miro para que el Señor nos ayude a aceptarsu voluntad con la enfermedad de mi hija Rebeca. Damos gracias a Dios por habernos concedidola gracia de poder contemplar la cruz donde podemos encontrar su consuelo en medio del sufrimiento.La muerte será vencida en nuestro Señor Jesucristo. Miramos las veces que Pablo suelta de su pluma la palabra “Cruz” y,sin darnos cuenta casi, habremos adivinado intenciones secretísimas deDios sobre ese hecho incomprensible de un Dios que muere en el últimode los suplicios. Hablemos sin orden especial alguno. Empieza Pablo escribiendo a los de Corinto: "Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros,no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado". (1Co 2,1-2) Para Pablo, la ciencia suprema es Jesucristo. Pero, ¿por quéprecisamente Crucificado? Porque en la Cruz manifestó Dios susabiduría, inimaginable para el mundo. Nos colocamos en el mundo de entonces, ¿y cómo juzgan los hombres aése que cuelga de un madero, y es anunciado como Salvador? Los judíos comentan:- ¿Jesús?... ¡Un maldito de Dios! La Biblia lo dice bien claro:¡Maldito quien cuelga de un madero! (Dt 21,23). Pablo, con ese Cristovete a otra parte… Los griegos se ríen:- ¿Un Dios ajusticiado en la cruz? Tú, charlatán: anda con ese cuentoy esa necedad a predicar a tontos. A nosotros, no. Pero Pablo se mantiene en las suyas:"nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos,necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos,un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres,y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres". (1Co 1,23-25) Por eso cayeron en la trampa los jefes del pueblo al entregar a Jesúsa la muerte en la cruz. A pesar de lo listo que es, se engañó el mismoSatanás, que manejaba los hilos.De haberlo sabido el demonio y los jefes - pero no podíancomprenderlo-, “nunca hubieran crucificado al Señor de la Gloria” (1Co 12,8) De aquí viene la decisión de Pablo, contra el parecer de griegos yjudíos:- ¿Sabéis por qué no hice alarde de elocuencia al anunciaros elEvangelio? ¡Para no restar fuerza a la cruz de Cristo! Si hubierapredicado con elegancia retórica, hubiérais hecho caso a mis palabrasbonitas, no a la verdad de Dios. "Porque no me envió Cristo a bautizar,sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabiaspara no desvirtuar la cruz de Cristo". (1Co 1,17) A otros predicadores presumidos, Pablo les echa en cara:¡Se acabó el escándalo de la cruz!”. Con su manera de predicar,anuncian a un Cristo adulterado, al adulterar la palabra de Dios." En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión,¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz!"( Gal 5,11);"Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo con astucia,ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdadnos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios". (2Co 4,2) Y explica bien claro lo que le ocurrió en Corinto:"Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabrao de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado.Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso.Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría,sino que fueron una demostración del Espíritu y del poderpara que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios". (1Co 2,1-5) A los fieles de Galacia, que creyeron a aquellos predicadoresembusteros, Pablo les echa en cara:"¡Gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó a vosotros,a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado?" (Gal 3,1)¿Tan necios sois, que os vais detrás de otro Cristo falsificado?"Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas,como enemigos de la cruz de Cristo, cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre,y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.predicado por esos que son enemigos de la cruz de Cristo, destinados a laperdición” ; (Flp 3,18-19) Pablo desenmascara a los evangelizadores que no se apoyan en la Cruzde Cristo.- Sabéis por qué lo hacen? Actúan así “con el único fin de evitar lapersecución por la cruz de Cristo. (Gal 6,12) Aquí está la razón suprema de todos los enemigos de Cristo. La Cruzestorba, naturalmente. Quien ama a Cristo Crucificado, se abrazatambién con la propia cruz. Si el mundo busca comodidad y placer…; si va detrás de la vanidad y elorgullo…; si rehúye todo lo que signifique sacrificio…, entonces, lomejor es no mirar la Cruz, trae más cuenta olvidarla, y, si espreciso, destruirla como han hecho todas las revoluciones socialesanticristianas. Pablo, que lo sabe muy bien, hace y enseña a hacer todo lo contrario:enamorarse de la Cruz de Cristo. Sus palabras, para el pensar delmundo, resultan desconcertantes. Como cuando dice: ¡Lejos de mí gloriarme sino en la cruz de mi Señor Jesucristo, porquien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo! (Gal6,14) Mi hombre viejo, lo que yo era antes de mi conversión, “ha sidocrucificado con Cristo, para que el pecado quede destruido". (Ro 6,6) ¿Qué me importa entonces el mundo, si me puede perder?¿Y qué le importo yo al mundo, si voy siempre contra corriente de loque él hace?El mundo me interesa sólo para llevarlo a Cristo.Digo con toda verdad: “Yo, Pablo, estoy crucificado con Cristo… Porquelos que son de Cristo han crucificado la propia carne con susconcupiscencias” (Gal 2,19; 5,21). * Pablo mira la Cruz con una simpatía enorme. ¿Por qué no? Por ella nosvino la salvación, al hacerse Cristo obediente hasta la muerte, y unamuerte de Cruz. (Flp 2,6) En la Cruz de su Hijo, “Dios clavó y dio por anulada la escritura decondenación que pesaba contra nosotros, y por la sangre de Jesúsconcedió la paz a un mundo que estaba dividido” (Col 2,14; 1,10) Ahora, en la Cruz de Cristo, todos los hombres se sienten hermanos. Realmente, mirando la Cruz podemos decir, más que nunca, que nuestrospensamientos no son los pensamientos de Dios. El misterio de la Cruzse entiende sólo cuando se la mira con ojos de fe. Y amar la Cruz, ¡por difícil que sea! solamente se consigue cuando enel corazón hay un amor grande a Jesucristo.