lunes, 28 de septiembre de 2009

Te acuerdas?

¿Te acuerdas de...?

Aquel tiempo, cuando las decisiones importantes se tomaban con un práctico 'Pito-pito gorgorito... ¿dónde vas tú tan bonito?...A la era verdadera... ¡pim pom fuera!

- Cuando se podí­an detener las cosas que se complicaban con un simple...
'Eso no vale' ¡Trampa! .

- Los errores se arreglaban diciendo simplemente...'Empezamos otra vez'

- Tener dinero, sólo significaba poder comprarte una bolsa de chucherí­as a la salida del cole...
- Hacer un castillo de arena , podí­a mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde...

- Para salvar a todos los amigos en el escondite bastaba con un grito: '¡Por mí!
¡y por todos mis compañeros!

- Siempre descubrí­as tus más ocultas habilidades, a causa de un
'¿A que no eres capaz?'



- ¡Tonto el último!
Era lo único que nos hacía correr como locos hasta que el corazón se nos salía del pecho.

- Los globos de agua eran la más moderna, poderosa y eficiente arma que jamás se había inventado...

- 'GUERRA' sólo significaba arrojarse tizas y bolas de papel durante las horas libres en clase...

- La mayor desilusión era haber sido elegidos los últimos en los equipos del cole...

- Cuando un helado era la mejor recompensa...

- Y quitar las ruedas pequeñas a la bici significaba un gran paso en tu vida.

- Cuando el negocio del siglo era conseguir cambiar los cromos repetidos por el que hacía tanto tiempo que buscabas...

-Y sólo llorábamos desconsolados cuando íbamos de excursión al campo, nos entreteníamos durante horas y venían a avisarnos de que teníamos que marchar.

- Cuando ponerte el 'babi' a modo de capa te hacía soñar y subido en cualquier escalón deseabas con todas tus fuerzas poder volar como superman...

- Todas estas simples cosas nos hací­an felices, no necesitábamos nada más que un balón, una comba y un par de amigos con los que hacer el ganso durante todo el dí­a...

SI PODÉIS RECORDAR LA MAYORÍA DE ESTAS COSAS Y HABÉIS SONREÍDO... ENTONCES SIGNIFICA QUE TODAVÍA OS QUEDA DENTRO ALGO DEL NIÑO QUE FUIMOS NO HACE TANTO TIEMPO.

¡NUNCA PIERDAS AL NIÑO QUE LLEVAS DENTRO!

lunes, 22 de junio de 2009

Jesús ante la Ley antigua



Toda esa tremenda legislación se convirtió en una carga demasiado
pesada. Los mismos judíos experimentan esta casi insuperable
dificultad. Ser un hombre perfecto, como Dios lo quiere, sin estar
unido verdaderamente a Dios desde el interior, es una tarea
imposible.

Los actos externos, el culto, los ritos y todos los sacrificios, no
pueden todo unido llegar al valor de un simple acto de contrición, de
una simple y sencilla oración que nace del corazón y que diga: “Señor,
ten piedad de mi, porque soy un pecador”... “un corazón contrito y
humillado tú, Oh Dios, no lo desprecias”, dice el salmo. Cuántos se
habían olvidado de esto en aquellos tiempos, y cuántos hoy pensamos
que para tranquilizar la conciencia basta un acto externo, una
limosna, o ni siquiera eso... Hemos adaptado tanto a nuestro antojo la
ley de Dios que su contenido casi ha desaparecido o nos contentamos
con “decir algo a Dios de vez en cuando”...

El camino de una verdadera conversión interior, es el de un leal
compromiso por interiorizar nuestra experiencia y relación con Él, pero
sin dejar de aprovechar las riquezas espirituales de la Iglesia, sobre
todo a través de los sacramentos. Ahí encontraremos al Señor siempre
que le busquemos. Su espíritu está ahí presente y actúa por encima de
las instituciones y de las personas... “yo estaré con vosotros hasta
el final del mundo”...

jueves, 4 de junio de 2009

PENTECOSTÉS, FIESTA GRANDE PARA LA IGLESIA

Pentecostés fue un día único en la historia humana.

En la Creación del mundo, el Espíritu cubría las aguas, “trabajaba”
para suscitar la vida.

En la historia del hombre, el Espíritu preparaba y enviaba mensajeros,
patriarcas, profetas, hombres justos, que indicaban el camino de la
justicia, de la verdad, de la belleza, del bien.

En la plenitud de los tiempos, el Espíritu descendió sobre la Virgen
María, y el Verbo se hizo Hombre.

En el inicio de su vida pública, el Espíritu se manifestó sobre Cristo
en el Jordán, y nos indicó ya presente al Mesías.

Ese Espíritu descendió sobre los creyentes la mañana de Pentecostés.
Mientras estaban reunidos en oración, junto a la Madre de Jesús, la
Promesa, el Abogado, el que Jesús prometió a sus discípulos en la
Última Cena, irrumpió y se posó sobre cada uno de los discípulos en
forma de lenguas de fuego (cf. Hch 2,1-13).

Desde ese momento empieza a existir la Iglesia. Por eso es fiesta
grande, es nuestro “cumpleaños”.

Lo explicaba san Ireneo (siglo II) con estas hermosas palabras: “Donde
está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios, y donde está el
Espíritu de Dios, allí está la Iglesia y toda gracia, y el Espíritu es
la verdad; alejarse de la Iglesia significa rechazar al Espíritu (...)
excluirse de la vida” (Adversus haereses III,24,1).

Con el Espíritu Santo tenemos el espíritu de Jesús y entramos en el
mundo del amor. Gracias al Espíritu Santo cada bautizado es
transformado en lo más profundo de su corazón, es enriquecido con una
fuerza especial en el sacramento de la Confirmación, empieza a formar
parte del mundo de Dios.

Benedicto XVI explicaba cómo en Pentecostés ocurrió algo totalmente
opuesto a lo que había sucedido en Babel (Gen 11,1-9). En aquel oscuro
momento del pasado, el egoísmo humano buscó caminos para llegar al
cielo y cayó en divisiones profundas, en anarquías y odios. El día de
Pentecostés fue, precisamente, lo contrario.

“El orgullo y el egoísmo del hombre siempre crean divisiones, levantan
muros de indiferencia, de odio y de violencia. El Espíritu Santo, por
el contrario, capacita a los corazones para comprender las lenguas de
todos, porque reconstruye el puente de la auténtica comunicación entre
la tierra y el cielo. El Espíritu Santo es el Amor” (Benedicto XVI,
homilía del 4 de junio de 2006).

Por eso mismo Pentecostés es el día que confirma la vocación misionera
de la Iglesia: los Apóstoles empiezan a predicar, a difundir la gran
noticia, el Evangelio, que invita a la salvación a los hombres de
todos los pueblos y de todas las épocas de la historia, desde el
perdón de los pecados y desde la vida profunda de Dios en los
corazones.

Pentecostés es fiesta grande para la Iglesia. Y es una llamada a abrir
los corazones ante las muchas inspiraciones y luces que el Espíritu
Santo no deja de susurrar, de gritar. Porque es Dios, porque es Amor,
nos enseña a perdonar, a amar, a difundir el amor.

Podemos hacer nuestra la oración que compuso el Cardenal Jean Verdier
(1864-1940) para pedir, sencillamente, luz y ayuda al Espíritu Santo
en las mil situaciones de la vida ordinaria, o en aquellos momentos
más especiales que podamos atravesar en nuestro caminar hacia el
encuentro eterno con el Padre de las misericordias.

“Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo:

Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia santificación.

Espíritu Santo,
dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.

Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén”

martes, 12 de mayo de 2009

MADURAR EN DIOS

Hay quienes maduran a base de golpes. Tras un mal paso, después de una
traición, al descubrir la propia debilidad, uno empieza a darse cuenta
de muchas cosas...

Quedan, sí, heridas, porque el pasado no perdona y “pasa” siempre su
factura. Pero al menos aprendimos a no ser ingenuos, a no ser
presuntuosos, a no apoyarnos en el dinero, a no empezar el segundo
vaso de vino, a dejar lejos la curiosidad de ver qué se siente si...

Hay, sin embargo, otro camino para madurar. Consiste en vivir en un
diálogo continuo, sereno, confiado, constante, con Dios.

La vida, en este segundo camino, es vista como una llamada, como un
don, como un viaje entre mil compañeros y con un destino común: el
cielo.

El caminante madura desde la escucha continua del mensaje divino. Toma
entre sus manos el Evangelio. Descubre la invitación a rezar
continuamente, a dejar de lado la obsesión por el dinero, a cuidar las
miradas, a controlar los pensamientos, a dejar espacio al servicio, al
perdón, a la acogida, a la esperanza.

El Evangelio sirve como hoja de ruta y como mensaje que llega a lo más
hondo del alma: hay un Dios que me ama, que me busca, que me espera,
que desea mi bien. Hay un Dios que me pide que aprenda a amar a mis
hermanos, a los que se encuentran a mi lado.

Hay un Dios que también me ayuda si he dado un mal paso, si he
cometido un pecado, si me dejé vencer por el egoísmo, si cedí a las
insidias de la soberbia.

Es un Dios que no me quita placeres buenos, pues nunca será bueno algo
hecho de modo egoísta. Al contrario, me ofrece una alegría mucho más
rica, porque viene del mismo Dios que se hace presente en la historia
de cada uno de sus hijos.

Dios me invita, en este día, a caminar hacia la madurez verdadera. Con
ella será posible dar el paso más profundo, más completo, más hermoso
que pueda realizar cualquier ser humano: amar a Dios y amar al
prójimo, sin medida, sin miedos, con alegría, con esperanza. Viviré
así como imagen, como semejanza, de un Dios que podemos definir con
una simple palabra: Amor.

martes, 14 de abril de 2009

TODO EMPIEZA DE NUEVO. CRISTO JESÚS HA RESUCITADO

                  
Vamos a hacer de esta reflexión una contemplación de la experiencia
que Pedro tiene sobre la resurrección de Cristo. Dice el Evangelio:
“Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Nathanael, el
de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos”.

Recordemos que Cristo ha resucitado. Todos han sido testigos: ha
estado con ellos, les ha hablado y les ha prometido que dejaba al
Espíritu Santo, han visto el milagro de Tomás; sin embargo, la soledad
vuelve a rodearles.
“Simón Pedro les dice: ‘Voy a pescar’. Le contestan ellos: ‘También
nosotros vamos contigo’. Fueron y subieron a la barca, pero aquella
noche no pescaron nada”. Los apóstoles estaban solos respecto a
Cristo, solos respecto a su oficio de pescadores. ¡Y de pronto sucede
algo que ellos no esperaban!

Una de las características de las apariciones de Cristo es la
gratuidad. Cristo no se aparece para dar gusto a nadie. Cristo
mantiene en sus apariciones una gratuidad. “Me aparezco cuando quiero,
porque yo quiero”. Con lo que Él nos vuelve a manifestar que Él es el
verdadero Señor de la existencia.

“Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era él. Les dice Jesús: ¿No tenéis
pescado?” ¡Imaginaos cómo le contestarían..., después de toda la
noche trabajando se habían acercado a la orilla, y un señor imprudente
les pregunta si no tienen pescado! Y Él les dice: “Echad la red a la
derecha de la barca y encontraréis”. Echan la red y resulta que ya no
la pueden arrastrar por la abundancia de peces. ¿Qué sentirían?

“El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: Es el Señor”.
De nuevo se repiten las mismísimas situaciones al primer encuentro con
Jesús: Un día, después de pescar infructuosamente, todos en la barca
regresan. Los experimentados han fracasado, y un novato les dice que
echen ahí las redes, que ahí hay peces. La echan y efectivamente la
red se llena.

¡Cuántas cosas semejantes al primer amor! Juan no lo narra, lo narran
los otros evangelistas, pero sabe al primer encuentro. Y Juan, que ama
y es amado, dice: “Es el Señor”. Reconoce los detalles del inicio de
la vocación. Es como si Cristo buscase dar marcha atrás al tiempo para
decir: “Todo empieza de nuevo, sois verdaderamente hombres nuevos”,
como en el primer momento, como en el primer instante. Como que el
primer amor vuelve a surgir desde el fondo de nosotros mismos para
recordarnos que somos llamados por Cristo.

Juan, en la fe y en el amor, reconoce al Señor, y Pedro sin pensar dos
veces, se lanza de nuevo hacia Él. Ya no es el Pedro del principio de
este Evangelio: amargado, triste, enfadado. Es un Pedro que ha oído:
“Es el Señor”; y se lanza al agua. Y después viene toda esa
hermosísima escena de la comida con Cristo, en la que el Señor produce
de nuevo la posibilidad de comunión con Él, en amistad, en cercanía y
en abundancia. “Siendo tantos los peces, no se rompió la red”.

Todo esto va preparando la experiencia de Pedro con Cristo. Hay
ciertos temas que Pedro no ha tocado aún, hay ciertas situaciones que
Pedro no se ha atrevido a señalar. Hay un aspecto que Pedro, aun
estando con Cristo resucitado, no ha resuelto todavía: la noche del
Jueves Santo; la negación de Pedro. Es un tema que Pedro tiene
encerrado en un armario con siete llaves. Tan es así, que Pedro se
lanza al agua como diciendo: “aquí no ha pasado nada, yo vuelvo a ser
el primero”. Y Cristo dice: “traed los peces”. Y Pedro es el primero
en ir a buscarlos. Como si a base de estos gestos uno quisiese tapar
aquellas cosas que no nos gustan que los demás vean.

Y continúa el Evangelio diciendo: “Después de haber comido, dice Jesús
a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan ¿me amas?”. Cristo vuelve a
preguntar por el amor. “[...] Apacienta a mis ovejas.” Cristo confirma
a Pedro su misión.

Y este amor que Cristo nos propone, es un amor nuevo. No es el amor de
antes, no es el amor de aquella jornada junto al lago en la que Cristo
les pregunta: “¿Quién soy yo para vosotros?”, y Pedro responde: “eres
el Hijo de Dios.” No es el amor de la sinagoga de Cafarnaúm cuando
Cristo les dice: “¿También vosotros queréis marcharos?”, y responde
Pedro: "Señor, ¿a dónde iremos?" No es el amor del jueves por la
tarde, cuando Cristo le dice: “Uno de vosotros me va a entregar”, y
Pedro salta. Cristo le dice: ¿Sabes qué? Tú me vas a negar tres veces.
Y Pedro, explotando, dice: Yo antes daré mi vida que negarte a ti.

No es ese amor, no es el amor antiguo, el amor que nace de la propia
decisión, el amor que nace, como un río, del propio corazón. Es el
amor que, como lluvia, Cristo deposita sobre el desierto del alma de
Pedro. Es el amor que se derrama sobre el alma, un amor que ya no
procede de mi certeza, de mi convicción, de mi inteligencia, de mis
pruebas, de mi tecnicismo; es el amor que nace sólo del apoyo que
Cristo da a mi vida. Y ese amor es el amor que me va a hacer superar
la debilidad para ponerme de nuevo en el seguimiento del Señor. No es
el amor que nace de mí, sino el amor que viene de Él.

“En verdad, en verdad te digo, cuando eras joven, tú mismo te ceñías,
e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo extenderás tus
manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras.” Con esto
indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho
esto, añadió: Sígueme.

Y Pedro ve a Juan y le dice a Jesús; “Señor, y éste ¿qué?” Y Jesús le
responde: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa?
Tú, sígueme”. Con esto Jesús le está diciendo: Olvídate de tu
alrededor, deja de lado todos los otros apoyos que hasta ahora has
tenido; tú, sígueme.

La resurrección, por sí misma, no es una garantía de nuestra
proyección y lanzamiento con corazones resucitados. Habiendo sido
testigos, nuestra vida puede continuar igual, sin transformaciones
reales. Y esto lo vemos cada uno de nosotros en nuestra vida
constantemente. Somos testigos de tantas cosas, y a lo mejor nuestra
vida sigue igual.

La resurrección, el hecho de que veamos a Cristo, de que
experimentemos a Cristo resucitado, la alegría de Cristo resucitado, a
lo mejor, lo único que hace es dejar nuestra vida un poco más
tranquila, pero no renovada. Sobre nuestra vida puede proyectarse la
sombra del pasado o la incertidumbre del futuro. Nuestra vida puede
seguir aferrada a antiguas certezas, a los criterios que nos han
servido de brújula durante mucho tiempo.

Es bonito que Cristo haya resucitado, pero repasemos nuestra vida para
ver cuántas veces pensamos que no nos sirve de mucho y que en el fondo
hasta es mejor que las cosas sigan como están. Pedro no parece tener
todavía una conciencia plena de lo que significa la resurrección de
Jesucristo: lo vemos apegado a sus antiguos hábitos. Pedro sigue
siendo el mismo, solo que ahora se siente más solo, porque casi lo
único que ha sacado en claro es la debilidad de su amor. Después de
tres años, para Pedro lo único que prácticamente hay claro es que su
amor es sumamente débil. Pedro se ha dado cuenta de que puede fallar
mucho y de que no sabe ser roca para los demás. Junto a todas las
cosas de que ha sido testigo tras la resurrección de Cristo, en el
corazón de Pedro hay algo que pesa: la pena, el fracaso para con quien
él más ama.

Esto es como una herida tremenda en el corazón de Pedro, que ni el
Domingo de Resurrección, ni las otras apariciones han sido capaces de
curar, de limpiar, de purificar. A pasar de todos sus esfuerzo —cuando
le dice María Magdalena: “ahí está el Señor”, y corre; le dice Juan:
“es el Señor”, y se lanza al agua—, el corazón de Pedro tiene una
experiencia de profunda tristeza. Él sabe que es muy débil, más aún,
nada le garantiza que no lo volvería a hacer, y casi prefiere ni
pensar.

Quizá nosotros, después de esta Cuaresma en la que hemos ido
recogiendo, como un odre, todas las gracias, todos los propósitos de
transformación, todas las necesidades de cambio, todas las ilusiones
de proyección, todavía podríamos tener un peso en nuestra alma: el
saber que somos débiles, que nada nos garantiza que no volveríamos al
estado anterior. Y, la verdad, se está muy a gusto pensando en la
resurrección, mejor que pensar en esto.

La resurrección por sí misma no es garantía; pero, si queremos dar un
paso adelante, nos daremos cuenta de que Cristo a Pedro lo renueva en
el amor y en la misión. El diálogo en la playa entre Cristo y Pedro es
un diálogo de renovación en el amor. Pedro amaba a Cristo, y desde el
primer momento en que Cristo le pregunta: “Simón, hijo de Juan”,( ya
no le dice Pedro) me amas más que éstos?” Le dice él: “Sí, Señor, tú
sabes que te quiero”. Esa certeza, el amor a Cristo, Pedro la tiene
clavadísima en su alma.
Pedro, después de tres veces de preguntarle Cristo sobre el amor de su
alma, se da cuenta de que, muy posiblemente, ese triple amor está
curando una triple negación. Pedro constata que su amor se había
quedado enredado en las tres veces que dijo: “No conozco a este
hombre”.

Cuando lo negó por tres veces, sus palabras, sus miedos encadenaron el
amor vigoroso de Pedro. Y cuando Cristo sale al patio y lo mira, esa
mirada hizo que Pedro se diera cuenta de las cadenas que él había
echado.

Y Cristo como que quiere retomar la escena. Y así como retoma la
escena de la vocación de ese primer momento, Cristo retoma la escena
de la negación, como si Cristo le dijera a Pedro: “¿dónde estás?,
¿dónde te has quedado?, ¿te has quedado en el Jueves Santo?; vamos a
volver
ahí.

Y Cristo renueva el diálogo con Pedro donde se había quedado, y Cristo
renueva su amor a Pedro y el amor de Pedro hacia Él, donde se había
quedado atascado, en el jueves por la noche.

Cristo nos enseña que amarle en libertad significa ser capaces de
mirar de frente nuestras debilidades, de volver a recorrer con Él los
caminos que por miedo no nos atrevemos a cruzar.

Quizá, cada uno de nosotros tenga un jueves por la noche; quizá, cada
uno de nosotros tenga una criada, una hoguera, unos soldados y un
gallo que canta. Y Cristo, con amor, nos enseña a mirar de frente esa
negación para que ya no nos atasquemos ahí: “Si un día me dijiste no,
camina ahora conmigo”.

El día que Pedro negó a Jesucristo, a lo que Pedro le tuvo miedo fue a
morir por Cristo, a morir con Cristo. Pedro sabía que si decía que era
discípulo del Señor, le podían echar mano y llevarlo al calabozo. Pero
el amor de Cristo retoma a Pedro y se lo lleva, purificándolo hasta
anunciarle que él también un día va a morir por Él. “Cuando eras joven
te ceñías tú mismo, cuando seas viejo extenderás los brazos, otro te
ceñirá y te llevará adonde tú no quieras”. Y luego añadió: “Sígueme”.

Cristo nos renueva con su amor para que atravesemos ese tramo de
nuestra vida en el que el miedo a morir con Él, el miedo a entregarnos
a Él nos dejó atascados. Ese tramo de nuestra vida en el que todavía
nosotros no hemos atrevido a poner nuestros pies porque sabemos que
significa extender las manos y ser crucificados.

Cristo no le pregunta a Pedro: “¿me vas a volver a negar?” Sino que le
pregunta: “¿me amas?”. A Cristo le interesa el amor. Sólo el amor
construye, porque sólo el amor repara, une, sana y da vida. El amor
renovado, el amor resucitado es el lazo que Cristo vuelve a lanzar a
Pedro. El amor capaz de pasar a través de la propia experiencia, ese
amor que es capaz de pasar por lo que uno una vez hizo y preferiría no
haber hecho, y guarda su conciencia; ese amor que es capaz de pasar
por el propio pasado, por la imagen que yo hubiera podido forjarme de
mí mismo. Ese amor es el inicio que reconstruye un corazón cansado,
porque este amor ya no se apoya en nosotros, sino en Cristo.

«Sígueme», no te sigas a ti mismo, no sigas tus convicciones, tus
gustos, tus ideas. Este amor ya no se apoya en ti; es el amor que
proviene de Cristo, el amor que nace de Dios. Dirá San Juan:
“Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no ha
conocido a Dios porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que
Dios nos tiene, en que Dios envió al mundo a su Hijo Único, para que
vivamos por medio de Él. En esto consiste el amor, no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su
Hijo como propiciación por nuestros pecados. Si Dios nos amó de esta
manera, también nosotros nos debemos amar unos a otros”.

La experiencia de Pedro es la experiencia de un amor renovado. Pero al
mismo tiempo, la experiencia que Pedro tiene de Cristo resucitado, es
un amor que no se puede quedar encerrado, es un amor que se hace
misión. Es un amor que renueva la misión de apóstoles que nos ha sido
dada; es un amor que, en nuestro caso, renueva el vínculo con la
misión evangelizadora de la Iglesia, renueva el compromiso cristiano a
que fuimos llamados al ser bautizados. No es un amor que se queda en
un cofre guardado, es un amor que se invierte, es un amor que se
reditúa, es un amor que se expande. Y este amor es un amor que no
teme; no teme a la cruz que significa la misma misión, porque va
acompañado de Cristo que me dice: “Sígueme”.

domingo, 29 de marzo de 2009

la generacion de los 70 y 80

El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 70, de todos aquellos que nacimos en los 70 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.

Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestramemoria histórica comienza con las olimpiadas del 92. Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática.

Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color.

Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo)que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.

Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos "bodrios" como:Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir ( te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).Lloramos con la muerte de Chanquete, con la madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer a Heidi.

Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino confranjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.

Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de “Todos los Santos” y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer bup y cou, los pioneros de la E.S.O.

Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnosdel trabajo...

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico.Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra(Bosnia, etc.)cosa que nuestros padres no hicieron; gritamosOTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.

Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema el "panaderofarlopero". Los q recordamos a Enrique del Pozo cantando con ana(abuelitodimetu...) Los mundos de Yupi y las pesetas rubias.
Nos emocionamos con superman, ET o En busca del Arca Perdida.

Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba(algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.

Somos la generación del "El coche fantástico", "Oliver y Benjí........ La generación que se cansó de ver las mamachichos.

La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial.

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones.

La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.

Este post está dedicado a las personas que nacieron entre 1970 y 1980 La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!!Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes:
- Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales >y sin air-bags,
- hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista.
- No tuvimos puertas con protecciones, armarios ofrascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
- Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos.
- Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
- Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces.
- No había móviles. Ibamos a las buscar a nuestros amigos y subiamos hasta sus casas para llamarles, cuando aun no habia telefonillos.
- Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
- Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada,eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos.
- Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!!
- Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso, alguno era gordo y punto.
- Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando.
- Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente(o los mas afortunados con Orión o Filvit)
- Y ligábamos con las niñas jugando a beso, verdad y acción o al conejo de la suerte , no en un Chat.
- Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias.No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas.
- Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

Tú querido lectyor eres uno de ellos?? ¡Enhorabuena! Pasa esto a otros que tuvieron lasuerte de crecer como niños, antes de que todos estos niñatos que hay ahora que se creen algo y no tienen respeto ni educación a nadie destrocen el mundo en el que vivimos.


Hace tiempo lei un correo parecido a este, donde se veia lo que habia sido nuestra generacion. Son verdades como pùños. teniamos que buscarnos la vida y aprendiamos que todo lo que haciamos tenia sus consecuencias. y sabiamos acarrear con ellas. La de guantazos que nos habremos llevado con razon. por que hemos hecho las cosas mal. pero aprendimos. que es lo importante.

Hoy en dia, la sobreproteccion a los niños les esta haciendo mas daño de lo que nos estamos imaginando; solo teneis que ver el comportamiento de los niñatos de ahora, (que no tienen ni educacion ni nada, que se dedican a destrozar las cosas y a incordiar, solo porque si. por que se aburren y quieren tocar las narices) para comprobar que es cierto.

esperemos que esto llegue a cambiar alguin dia porque si no.... lo que nos espera

jueves, 5 de febrero de 2009

DIBUJOS ANIMADOS Y SERIES DE NUESTRA EPOCA (2ª PARTE)

voy a seguir con un tema que deje aparcado hace ya tiempo. Los dibujos y series infantiles de nuestra epoca (sobre todo de los que pasamos de los 30):

Los picapiedra:

Quien no se acuerda de esta familia de clase media del paleolitico suerior (o era inferior), bueno esta serie contaba las aventuras de dos familias la de Pedro Picapiedra y Pablo Marmol. dos amigos y vecinos que trabajaban en una cantera de piedra y que por las noches se iban de juerga a la bolera. Wilma y Betty, las esposas de ellos y sus hijos Peebles y Bam Bam. tambien estaba el dinosaurio Dino.. esta era su cabecera inolvidable....









La pantera rosa:

Mitica conde las haya, este bichejo rosa le hacia grandes putadas (con perdon de la expresion) al señor blanco que aparecia de coprotagonista. Eol se llevaba todos los golpes y porrazos que causaba la pantera..... Ademas, en el show entero ponian los dibujos del mitico Inspector Clousseau, inutil donde los haya, que resolvia los casos de milagro




la tortuga dartagnan
enorme animalito que junto con su perro Dum Dum y su espada en forma de rayo luchaba contra todo el mal que podia. con su inolvidable frase.... "Dartagnaaaaaan al ataqueeeee"


Hong kong Phoey:

Otra serie mitica y divertida sobre un perro experto en artes marciales



Magilla gorilla:
Hace falta decir mas de este mono que se metia siempre en lios? y que vivia en una tienda de animales


el pajaro Loco:

Uno de mis favortos. Siempre haciendo gamberradas con esa risa que le entraba. MAGNIFICO


bueno por hoy nada mas. todavia quedan un monton de dibujos y series de aquella epoca por recordar

EL PADRE BUENO Y UN BUEN PADRE

Para todos aquellos que somos padres:


Padres buenos hay muchos, buenos padres hay pocos. No creo que haya
cosa más difícil que ser un buen padre. En cambio no es difícil ser un
padre bueno. Un corazón blando basta para ser un padre bueno; en
cambio la voluntad más fuerte y la cabeza más clara son todavía poco
para ser un buen padre.

El padre bueno quiere sin pensar, el buen padre piensa para querer. El
buen padre dice que sí cuando es sí, y no cuando es no; el padre bueno
sólo sabe decir que sí. El padre bueno hace del niño un pequeño dios
que acaba en un pequeño demonio. El buen padre no hace ídolos; vive la
presencia del único Dios.

El buen padre echa a volar la fantasía de su hijo dejándole crear un
aeroplano con dos maderas viejas. El padre bueno amanteca la voluntad
de su hijo ahorrándole esfuerzos y responsabilidades.

El buen padre templa el carácter del hijo llevándolo por el camino del
deber y del trabajo. Y así, el padre bueno llega a la vejez
decepcionado y tardíamente arrepentido, mientras el buen padre crece
en años respetado, querido, y a la larga, comprendido.

miércoles, 21 de enero de 2009

que paso con.....


Si tuviera que empezar a nombrar a todos los compañeros de colegio, instiruto, universidad, con los que he compartido tantos ratos no acabaria nunca asi que hoy me centrare en preguntarme que fue de todos aquellos que tuvieron que "soportarme" tantos años en la extinta EGB. en aquel colegio entrañable llamado fernandez Moratin cuya foto actual he puestro ahi arriba.
Como mi memoria ya no es lo que era entonces, (que aunque estuviera distraido y pensando en las musaraññas, si los profesores me preguntaban por lo que estaban diciendo y era capaz de enterarme y repetirselo.....) intentare acordarme de todos auqnue probablemente me deje a alguno.
Y si alguno lee esto y se acuerda de aquel niño gordito que solia retransmitir partidos de futbol como si de un periodista deportivo fuera, que se compadezca de mi y me cuente que ha sido de el o de ella, como le va la vida, etc , etc etc.
aqui van, intentare como ya he dicho meter a los tropecientos que eramos en clase, sin dejarme a ninguno:
pondre lo que se de cada uno si se algo, si no dejare su espacio en blanco que remedio.
Que paso con:
Lorenzo abellanas
Lucia agulla: uno de mis amores platonicos. alguien me conto que estudio derecho, probablemente sea una abogada de exito.
Iciar alberdi: buscando por la red he visto que es investigadora en la upm
juan algar: hace 4 o 5 años que no le veo, se que es dentista
Nuria alonso:
Rebeca echevarria:
Ruben castro: se fue a Galicia, es lo ultmo que se
Angel alvaro:
Silvia martin: Otro de mis amores platonicos tras Lucia. jejejeje. Hace un monton que no la veo, la ultima vez que la vi estaba estudiando aun
Mari Jose martin: la hermana de mi amigo Antonio. tampoco se nada de ella, hace mucho que tampoco veo a su hermano y no he podido preguntarle
ismael lopez
oscar rabano: se que se caso y que tiene dos hijas, me lo contaron uno de los dias que fui a ver a mis padres
daniel saez: se que se fue a trabajar a Galicia como tecnico radiologo
estefania torres: se que es duiseñadora de moda. Me lo conto ella misma la ultima vez que la vi hace muchos años tambien. de las personas a las que mas he apreciado.
ana maria pulido
paula entwistle Buscando por la red he visto que trabaja en algo de marketing
pedro lopez
javier de vega
raul gomez
raul lopez
antonio de la cuerda La ultima vez que le vi era vigilante de seguridad. De esto hace unos cuantos años....
antonio galvez
isabel manzano
andres paris
Gema Garcia
Sira mañas
Amanda Alvarez
Alfredo Fernandez
eva maria martinez
Alejandro eguia
africa reboto
Seguro que alguno me falta. espero que entre todos podamos completar algun dia esta lista y podamos reunirnos alguna vez para recordar aquellos tiempos.
Muchos abrazos para todos y muchos besos a las chicas. de aquel proyecto de periodista que nunca fue
Miki

miércoles, 7 de enero de 2009

EN LA CRUZ DE CRISTO

Os hablo de la Cruz porque es ahí donde miro para que el Señor nos ayude a aceptarsu voluntad con la enfermedad de mi hija Rebeca. Damos gracias a Dios por habernos concedidola gracia de poder contemplar la cruz donde podemos encontrar su consuelo en medio del sufrimiento.La muerte será vencida en nuestro Señor Jesucristo. Miramos las veces que Pablo suelta de su pluma la palabra “Cruz” y,sin darnos cuenta casi, habremos adivinado intenciones secretísimas deDios sobre ese hecho incomprensible de un Dios que muere en el últimode los suplicios. Hablemos sin orden especial alguno. Empieza Pablo escribiendo a los de Corinto: "Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros,no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado". (1Co 2,1-2) Para Pablo, la ciencia suprema es Jesucristo. Pero, ¿por quéprecisamente Crucificado? Porque en la Cruz manifestó Dios susabiduría, inimaginable para el mundo. Nos colocamos en el mundo de entonces, ¿y cómo juzgan los hombres aése que cuelga de un madero, y es anunciado como Salvador? Los judíos comentan:- ¿Jesús?... ¡Un maldito de Dios! La Biblia lo dice bien claro:¡Maldito quien cuelga de un madero! (Dt 21,23). Pablo, con ese Cristovete a otra parte… Los griegos se ríen:- ¿Un Dios ajusticiado en la cruz? Tú, charlatán: anda con ese cuentoy esa necedad a predicar a tontos. A nosotros, no. Pero Pablo se mantiene en las suyas:"nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos,necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos,un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres,y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres". (1Co 1,23-25) Por eso cayeron en la trampa los jefes del pueblo al entregar a Jesúsa la muerte en la cruz. A pesar de lo listo que es, se engañó el mismoSatanás, que manejaba los hilos.De haberlo sabido el demonio y los jefes - pero no podíancomprenderlo-, “nunca hubieran crucificado al Señor de la Gloria” (1Co 12,8) De aquí viene la decisión de Pablo, contra el parecer de griegos yjudíos:- ¿Sabéis por qué no hice alarde de elocuencia al anunciaros elEvangelio? ¡Para no restar fuerza a la cruz de Cristo! Si hubierapredicado con elegancia retórica, hubiérais hecho caso a mis palabrasbonitas, no a la verdad de Dios. "Porque no me envió Cristo a bautizar,sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabiaspara no desvirtuar la cruz de Cristo". (1Co 1,17) A otros predicadores presumidos, Pablo les echa en cara:¡Se acabó el escándalo de la cruz!”. Con su manera de predicar,anuncian a un Cristo adulterado, al adulterar la palabra de Dios." En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión,¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz!"( Gal 5,11);"Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo con astucia,ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdadnos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios". (2Co 4,2) Y explica bien claro lo que le ocurrió en Corinto:"Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabrao de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios,pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado.Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso.Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría,sino que fueron una demostración del Espíritu y del poderpara que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios". (1Co 2,1-5) A los fieles de Galacia, que creyeron a aquellos predicadoresembusteros, Pablo les echa en cara:"¡Gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó a vosotros,a cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado?" (Gal 3,1)¿Tan necios sois, que os vais detrás de otro Cristo falsificado?"Porque muchos viven según os dije tantas veces, y ahora os lo repito con lágrimas,como enemigos de la cruz de Cristo, cuyo final es la perdición, cuyo Dios es el vientre,y cuya gloria está en su vergüenza, que no piensan más que en las cosas de la tierra.predicado por esos que son enemigos de la cruz de Cristo, destinados a laperdición” ; (Flp 3,18-19) Pablo desenmascara a los evangelizadores que no se apoyan en la Cruzde Cristo.- Sabéis por qué lo hacen? Actúan así “con el único fin de evitar lapersecución por la cruz de Cristo. (Gal 6,12) Aquí está la razón suprema de todos los enemigos de Cristo. La Cruzestorba, naturalmente. Quien ama a Cristo Crucificado, se abrazatambién con la propia cruz. Si el mundo busca comodidad y placer…; si va detrás de la vanidad y elorgullo…; si rehúye todo lo que signifique sacrificio…, entonces, lomejor es no mirar la Cruz, trae más cuenta olvidarla, y, si espreciso, destruirla como han hecho todas las revoluciones socialesanticristianas. Pablo, que lo sabe muy bien, hace y enseña a hacer todo lo contrario:enamorarse de la Cruz de Cristo. Sus palabras, para el pensar delmundo, resultan desconcertantes. Como cuando dice: ¡Lejos de mí gloriarme sino en la cruz de mi Señor Jesucristo, porquien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo! (Gal6,14) Mi hombre viejo, lo que yo era antes de mi conversión, “ha sidocrucificado con Cristo, para que el pecado quede destruido". (Ro 6,6) ¿Qué me importa entonces el mundo, si me puede perder?¿Y qué le importo yo al mundo, si voy siempre contra corriente de loque él hace?El mundo me interesa sólo para llevarlo a Cristo.Digo con toda verdad: “Yo, Pablo, estoy crucificado con Cristo… Porquelos que son de Cristo han crucificado la propia carne con susconcupiscencias” (Gal 2,19; 5,21). * Pablo mira la Cruz con una simpatía enorme. ¿Por qué no? Por ella nosvino la salvación, al hacerse Cristo obediente hasta la muerte, y unamuerte de Cruz. (Flp 2,6) En la Cruz de su Hijo, “Dios clavó y dio por anulada la escritura decondenación que pesaba contra nosotros, y por la sangre de Jesúsconcedió la paz a un mundo que estaba dividido” (Col 2,14; 1,10) Ahora, en la Cruz de Cristo, todos los hombres se sienten hermanos. Realmente, mirando la Cruz podemos decir, más que nunca, que nuestrospensamientos no son los pensamientos de Dios. El misterio de la Cruzse entiende sólo cuando se la mira con ojos de fe. Y amar la Cruz, ¡por difícil que sea! solamente se consigue cuando enel corazón hay un amor grande a Jesucristo.